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¿El Fin de la Austeridad?


Economía Global N.190

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No existe la receta perfecta para impulsar el crecimiento. Todas las políticas conllevan riesgos. Pero ahora el mundo parece inclinarse por terminar con la austeridad.

Durante décadas el Consenso de Washington, centro de la economía neoliberal, predicó una estricta disciplina fiscal para evitar la acumulación de deuda pública. La austeridad en el gasto público lograría ese objetivo y evitaría las crisis recurrentes que surgían en los países indisciplinados. La austeridad se vio como precondición para el crecimiento económico sostenido.

Esa visión comenzó a modificarse a raíz de la Gran Recesión. En muchos países, la crisis de 2008-2009 obligó a los gobiernos a aplicar fuertes estímulos monetarios y fiscales para salir adelante. Hasta el Fondo Monetario Internacional, hasta entonces el bastión de la disciplina fiscal, recomendó llegar a un déficit fiscal de 2% del PIB global.

En consecuencia, comenzó a elevarse la deuda pública, especialmente en las economías avanzadas, pero se mitigó la crisis. Sin embargo, no tardó la alarma por el nivel de endeudamiento. En Europa, la línea política se abocó una vez más a mantener la austeridad y la disciplina fiscal a toda costa, aun frente a las graves recesiones y el elevado desempleo en países como Grecia, España y Portugal. Había que recortar los programas sociales, reducir las pensiones y realizar cualquier otro sacrificio –como aumentar el desempleo o frenar el crecimiento-- con tal de lograr el equilibrio fiscal.

Hoy, esa postura comienza a ablandarse en Europa, pese a la férrea oposición de Alemania ante cualquier indisciplina fiscal.

¿El fin de la austeridad europea?

El incipiente cambio en la mentalidad europea tiene su origen en:

- Los inmensos problemas económicos que enfrenta Italia, una de las mayores economías de la Unión Europea. Después de varios años de recesión y problemas bancarios, el primer ministro Matteo Renzi insiste en que debe haber mayor flexibilidad en las reglas europeas. Es mayor el impacto que puede tener el llamado de esta importante economía dentro de la zona euro, que la que pudieron tener países más pequeños como Grecia. Este país cayó en crisis y el desempleo subió a una cuarta parte de su fuerza de trabajo. Vociferó contra la dura imposición de recortes fiscales pero no fue escuchado y se tuvo que doblegar para acceder a los rescates.

- El referéndum en el Reino Unido y el voto de los británicos por el Brexit. Hay una gran preocupación por el impacto negativo de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el cual llegará a su máximo hacia 2017. Desde ahora hay una gran incertidumbre y las inversiones se aplazan, en espera de más luz sobre lo que sucederá en la economía. El gobierno se ve obligado a aplicar políticas económicas expansivas para contrarrestar el efecto.

- La crisis por la migración. Quiérase o no, el inmenso flujo de migrantes que piden asilo en la Unión Europea implica aumentar de manera significativa el gasto público. No sólo hay que gastar para recibirlos de manera digna. También hay que integrarlos a la sociedad que los recibe. Hasta para impedir el flujo de personas que ingresan a Europa, o para rescatar a los miles de migrantes que naufragan en el Mediterráneo, hay que gastar.

- La amenaza de deflación en Europa. Uno de los principales argumentos de Alemania, defensora de la disciplina fiscal, es que la política monetaria expansiva y los déficits fiscales impulsan los procesos inflacionarios, los cuales hay evitar a toda costa. Sin embargo, este argumento quedó trunco desde que surgieron las presiones deflacionarias en el continente europeo.

- El largo periodo de crecimiento letárgico en Europa desde la Gran Recesión. Para retomar la senda del crecimiento ya es evidente que no bastan los estímulos monetarios, como las masivas compras de bonos gubernamentales que lleva a cabo el Banco Central Europeo. La tasa de desempleo sigue muy elevada --en torno al 10% de la fuerza de trabajo-- y la actividad productiva no despega. Tampoco están produciendo el impulso esperado las tasas de interés negativas que se aplican en varios países, e incluso en el Banco Central Europeo. Muchos piden la alternativa, que es una política fiscal expansiva.

Todas estas circunstancias auguran una nueva política fiscal europea y el posible fin de las políticas de austeridad en esa región. Y ¿qué sucede en el resto del mundo?

Estados Unidos

Este país, cuna del Consenso de Washington, tiene una gigantesca deuda pública federal de casi 20 billones de dólares, o 104% del PIB. Pero no duda en promover el crecimiento mediante políticas fiscales y monetarias expansivas. Después de la crisis de 2008-2009, la deuda aumentó en más de 40 puntos porcentuales como proporción del PIB. Actualmente está bajando el déficit fiscal, pero todavía sigue aumentando la deuda. Sin embargo, entre los países avanzados, Estados Unidos es el motor económico del crecimiento. A la larga, podría reducir su deuda como proporción del PIB, si éste crece de manera acelerada. Después de la Segunda Guerra Mundial, la deuda llegó a 120% del PIB, pero gracias al crecimiento, bajó a 62% del PIB en promedio antes de la crisis financiera reciente.

China

En 2008, China no dudó tampoco en aplicar un gigantesco plan de estímulo para superar la crisis. De inmediato el gobierno anunció un paquete de estímulos por 585 mil millones de dólares a realizarse en 2 años, y el país logró mantener su rápida expansión económica. Actualmente el ritmo de crecimiento se frena paulatinamente pero, una vez más, hoy el gobierno contrarresta la tendencia con paquetes de estímulos.

Japón

No ha tenido el éxito esperado, pero la política económica del actual primer ministro Shinzo Abe consiste en aplicar estímulos fiscales y monetarios a escala suficiente para impulsar el crecimiento y frenar las tendencias deflacionarias de las últimas décadas. Esto, a pesar de que la deuda pública ya asciende a casi 230% del PIB. Esta política, conocida como “Abenomics”; es lo directamente opuesto a una política de austeridad. De todos modos el crecimiento de Japón está estancado a una tasa anual de apenas 0.5%. Uno se pregunta: ¿cómo se comportaría la economía si no se hubieran aplicado los estímulos?

En conclusión, vemos que las mayores economías del mundo tienden a apartarse de la austeridad. Falta ver si este fenómeno político se extenderá a otras economías emergentes y en desarrollo, y aun a las economías europeas avanzadas que, como Alemania, se oponen a cualquier indisciplina fiscal.

BREVES

  • Constellation Brands, dueña de las marcas de cerveza Corona y Modelo, comprará a Grupo Modelo la Cervecería Obregón en Sonora, que actualmente maneja parcialmente ABInBev. La compra asciende a $600 millones de dólares.

  • General Electric acordó fusionar su unidad de petróleo y gas con el proveedor de servicios Baker Hughes. Este último había intentado fusionarse con Halliburton pero fracasó el acuerdo después de que las autoridades de EUA pararon la transacción. Ahora General Electric proporcionará $7.5 mil millones de dólares en efectivo y se fusionará quedándose con 62.5% de la nueva empresa, mientras que los accionistas de Baker Hughes se quedarán con 37.5%. Queda pendiente la aprobación de las autoridades.

  • AT&T ofreció $85.4 mil millones de dólares para adquirir Time Warner. Sin embargo, es probable que esta transacción enfrente problemas para lograr la aprobación de las autoridades antimonopolios en EUA. Tanto republicanos como demócratas se han pronunciado contra la concentración entre empresas de telecomunicaciones y de medios de comunicación.

  • Century Link comprará Level 3 Communications mediante una transacción que asciende a $25 mil millones de dólares en efectivo y acciones. Ambas empresas son proveedoras de servicios de telecomunicaciones. La empresa combinada será la segunda mayor de EUA, después de AT&T. Aún falta la aprobación de las autoridades y los accionistas.

  • Después de revelarse la gigantesca violación de seguridad de los datos de 500 millones de cuentas de Yahoo, Verizon evalúa la posibilidad de renegociar su adquisición de los activos de red de Yahoo, por los cuales ofreció $4.83 mil millones de dólares en julio pasado.

  • Entre empresas productoras de chips electrónicos, la norteamericana Qualcomm acordó adquirir la holandesa NXP Semiconductors por $38.5 mil millones de dólares.

  • Acordaron fusionarse las tres mayores compañías navieras de Japón, a manera de unir su negocio de transporte de contenedores. De esta manera procurarán enfrentar el gran freno en el comercio internacional. Las empresas son Nippon Yusen Kabushiki Kaisha, Kawasaki Kisen Kaisha y Mitsui O.S.K.

  • En el sector de financieras especializadas en fondos y la gestión de activos, acordaron fusionarse el grupo anglo-australiano Henderson y la norteamericana Janus Capital. La empresa combinada, cuya sede se ubicará en Londres, se llamará Janus Henderson. Manejará $320 mil millones de dólares de activos, de manera que esta transacción es la mayor del sector desde el voto a favor de Brexit.

  • TeamHealth Holdings, proveedora de servicios para médicos, acordó venderse a Blackstone Group por $6.1 mil millones de dólares. Anteriormente había rechazado una oferta de AmSurg por casi $8 mil millones de dólares al considerarla demasiado baja, pero enfrentó protestas de los accionistas.

  • British American Tobacco ofreció $47 mil millones de dólares para adquirir el 57.8% de Reynolds American que aún no posee. Si se concreta la transacción, la empresa reunirá marcas de cigarros como Camel, Lucky Strike, Newport y Pall Mall.

  • Con estas transacciones de gran envergadura, en octubre el monto total de las fusiones y adquisiciones llegó a $500 mil millones de dólares en total.

DESCIFRANDO

  • En el informe de octubre sobre las perspectivas económicas mundiales, el Fondo Monetario Internacional presenta proyecciones similares a las de la OCDE dadas a conocer en septiembre.

  • Si bien las proyecciones del FMI son ligeramente más optimistas (excepto para México), ambas organizaciones coinciden en que la economía mundial se está frenando de manera muy significativa en 2016.

  • En los países avanzados, el crecimiento es débil. El del PIB de Estados Unidos se ha frenado, a pesar de la fortaleza del consumo y del mercado laboral.

  • En los principales mercados emergentes, el crecimiento es menor que en años recientes, y apenas comenzará a reactivarse en 2017.

  • Las perspectivas están sujetas a riesgos muy significativos, como los riesgos financieros, la deuda privada en las economías emergentes y la volatilidad cambiaría.

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